El movimiento de aquellos Astros siempre será sufrimiento
Si avanzan o retroceden, si se separan o mueren
Cada posibilidad será dolor. En cambio su danza es tenue.
En una diminuta eternidad de momentos
Creímos que estaban destinados a estar juntos
Pero su destino es la colisión o la separación
La destrucción o la muerte.
Y aun así, débiles fuerzas nucleares
Insisten en mantenerlos unidos.
Una tenue línea de tensión curva sus movimientos,
lo que a la larga
Solo les generará más sufrimiento.
Sufrirán al romper
Sufrirán al quedarse
Y sufrirán sosteniendo este peligroso equilibrio.
¿A alguien le ha importado alguna vez el sufrimiento
Perenne de los Astros?
Condenados a la tensión
Al equilibrio gravitacional
A destruirse con inmensas cantidades de energía
A bailar en su propia soledad
Al ritmo de la música de las esferas,
Tú y yo somos como dos estrellas gemelas
Unidas por una cada vez más tenue interacción
destructiva. Nuestro lenguaje es la distancia
Y el dolor. Todo lo que hay más allá de nosotros es silencio.
Todo lo que conocemos ahora es nuestra mutua soledad, pues
Nos transige esta angustia de no estar juntos.
Si yo desapareciera, ¿Acaso serías libre?
Y si lo dejo todo por ti, ¿Tal vez serías feliz?
No hay ningún deseo en nosotros
Más allá de nuestra incomunicación, en constante equilibrio
Y desgaste. Este temor al dolor que nos hace masoquistas
Y locos.
No hay libertad ni suicidio.
Solo nos queda colapsar juntos
Destrozarnos por toda una eternidad
Uno contra el otro,
Infinitamente.
Bogotá, 24 de dic del 2020
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