Tú no quieres estar aquí,
Añoras un tiempo que no te pertenece.
Y tu verdadero tiempo, que te repele, fluye más allá de ti
Sin tocarte, sin que puedas siquiera inhalar su hálito
Ajeno y privado de tus pasos y de la lluvia
Que te estrangula, eres como un bosque en el espacio exterior,
Una quimera en medio del murmullo de los carriles.
¿Qué hay de tu amargura extraviada en los abismos
De la nostalgia? Silencio. Este ruido no te pertenece.
Este tiempo no conoce tu respiración
Este tiempo no conoce el sonido de tus cuerdas vocales.
Este tiempo te prefiere en el aislamiento y la indolencia.
En tu torre de marfil, en el fino agujero de los parásitos.
Todo tiempo tiene su embriaguez
El mundo y el tiempo siempre te preferirán adormecido.
Para que seas feliz sin él, ajeno de él, ajeno a la oscuridad.
Del lento trascurrir de las horas y de los días.
Por eso duerme, pequeño, lejos del murmullo y de la desdicha
Suena con tiempos mejores.
Alaba con tu silencio al señor de las causas perdidas.
Bogotá. 01/03/21
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