Contra el puritanismo.

 https://cdn.pixabay.com/photo/2017/06/29/11/01/uppsala-cathedral-2453886_960_720.jpg

 A.

El puritanismo siempre será una pulsión latente para las sociedades cristianas, tan intensamente clavada en el espíritu occidental que sobrevivirá incluso a la desaparición del cristianismo. El puritanismo en estado puro no tiene ideología; surge de la profunda incomodidad que produce la libertad ajena y la intuición de que siempre será el pecado del otro lo que hace inhabitable a la sociedad. En esto somos profundamente mágicos y primitivos; apenas deja de llover empezamos a buscar al pecador que ha ofendido a los dioses para crucificarlo y expiar con su muerte la mancha colectiva. ¿Y quiénes son los dioses en nuestra época? Los dioses siempre han estado en dominio del espacio público. Lo doloroso ha sido percatarme de que esta idea no necesita de la religión y por ello es inútil enfrentarse al cristianismo como origen de todas las calamidades. Más allá de la religión, me obsesiona la negativa puritana a la aceptación del mal, ese anhelo apocalíptico de desaparecer por fuego el legado de Baudelaire. El profundo celo con el que guardamos la compostura de lo colectivo deriva de explicaciones mágicas que logramos argumentar en lo político con idealismos sospechosos. Por ello siempre que la sociedad “No funcione bien” acudiremos a nuestros prejuicios para explicarlo, y nada se ajustará de un modo tan preciso a nuestro recelo por el mundo que el colapso de nuestros valores estéticos. 

B.

El puritanismo es una calamidad estética pero también es un duelo estético. ¿Cómo sobreviviríamos sin nuestra convicción de ser los últimos seres buenos en una sociedad corrupta? Herederos simbólicos del mito de Abraham, constantemente queremos ser los sobrevivientes de nuestra idea individual de Sodoma y Gomorra. Ya que somos incapaces de salir de este esquema mental, ninguna de nuestras revoluciones es realmente honesta. Como siempre creemos ser el último hombre justo todo creemos que se nos está permitido: “Haga lo que haga, mi pecado es inferior al de los demás. Aunque yo los juzgo pues ser el último ser humano justo sobre la tierra ellos no podrán juzgarme a mí, pues hay una indiscreta pero poderosa relación entre lo perdonable y lo que nunca logró saberse” Incluso el mas devoto de los hipócritas sabe que Dios está en la mirada pública; el verdadero legado de Cristo es esperar la indulgencia divina en lo privado pero el fuego de la condenación en el lugar que compartimos con otros. Si logramos mantener nuestro pecado en privado puede que logremos mentirle a Dios.

C.

Es curioso, ¿verdad? La teología no logra quedarse dentro de la teología. Los dioses se salen de sus templos y contaminan la vida política constantemente.

D.

Dudo mucho de la existencia de algo llamado “neopuritanismo” pero acepto su trasformación o mejor aún, su mutación en algo acorde a la era de internet y las redes sociales. El puritanismo solo ha sufrido de una verdadera crisis simbólica y esa fue la revolución sexual, pero esta (en mi opinión) obedecía más a un llamado factico de la economía que a una mutación metafísica (que vendría después con la teoría queer)

Comentarios