Todo lo puedes romper
Empieza entonces por esta pequeña esperanza
Inunda las calles con nuestro dolor común
Y agóbiate de mí y de mi destierro.
Rómpelo todo: incendia
los vínculos y los cristales, la certeza y el estoicismo, los
Años de trabajo que convertirás en cenizas
La casa que arderá mientras afuera cae la lluvia.
Y mientras tanto me preguntas
¿Qué es el sufrimiento?
No sé si mentirte o responder: creo que son
Los guerreros que se carbonizan y
Las guerras que nos aguardan, también
Las enfermedades que nos destriparán
Burlándose de nuestro apetito de futuro.
Las miles de circunstancias
En las que estaremos rotos, junto con nuestra orgánica
Imposibilidad para aliviar el desconsuelo.
Por eso
Siéntate junto a mí y mira arder al silente fuego.
No puedes medirte con la humanidad. Ardes distinto a ellos.
Tú y yo somos como dos espantapájaros.
Y aunque tengas brazos, pies y cabeza nunca serás
Como los otros. No puedes confundirte con la multitud
Tu destino es más cercano al de los cuervos que al de los hombres
Tu destino será arder, derramando tus entrañas y tus sueños
Sobre los trigales.
Oscar M Corzo 09/05/21
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