Nota sobre Britney Spears, Animals as Leaders y el camino del héroe de Campbell



Toda esta nota será un ejercicio de conspiranoia del que espero algo de tolerancia.

 Alguno que otro lector de este blog no lo sabrá, pero en los últimos años una cantante pop muy conocida a finales de los noventa y principios de los dos mil se ha convertido en tema de conversación por su vida privada. Esto podría juzgarse como comidilla de las revistas de farándula pero ha trascendido de manera extraña hasta este y muchísimos otros blogs; en esta nota trataré el tema de Britney Spears como se trataría cualquier relato fantástico apegado al esquema del Héroe de las mil caras, de Joseph Campbell.

¿De dónde ha salido una idea tan simpática? Ayer escuchaba una canción de Animals as Leaders que se llama Monomyth, he imaginado que Tosin Abasi ha usado el esquema de Campbell para  diseñar cada uno de los riff de guitarra de la canción y mientras pensaba en ello escuché la noticia del triunfo de Britney en la corte. Se me ocurrió entonces; la fascinación popular por Britney se apega, si uno quiere verlo, al camino del héroe; esto no es algo maravilloso ni misterioso. Es simplemente la cultura adueñándose otra vez de los caminos prestablecidos de los arquetipos.

¿Por qué las referencias culturales alrededor de Spears son cada día son más ambiciosas y universales? Es gracioso que algo que para muchos es una broma y para otros un genuino drama de importancia global termine mezclándose en un proto-mito moderno, pero es probable que los mitos se originen precisamente así, con una carga alegórica y de cotidianidad llena de ligereza que luego unos escribas borrachos y con mala memoria convierten en leyenda. 

No, amigo lector; los mitos no desaparecieron con el hombre primitivo, en realidad se apropiaron de todos los relatos humanos camuflándose como parásitos dentro de otro tipo de narrativas, ocultándose de los ojos profanos. Los mitos nacen del rumor y de los noticieros, de los mensajes de whatsapp en los grupos familiares y de las historias que cuentan los niños en los recreos escolares. Estamos devorados por relatos que ambicionan ser mitos, y cada tanto un periodista procura escribir la siguiente deidad del olimpo de la superficialidad. El mito del club de los 27 es un clásico esquema del sacrificio ritual; la muerte de los héroes nos ayuda a rendirles tributo. Los productores y dueños del marketing, estoy seguro saben eso; una vez existe una obra el héroe nos resulta insuficiente. Que muera por su propia mano lo santifica (en muchas culturas antiguas que frecuentaban los sacrificios rituales, el sacrificado ofrendaba su vida voluntariamente) tal y como ocurría en la antigüedad.

Sé poco de Britney en realidad; sé que fue la cantante pop más importante después de Madonna a finales de los noventa y a principios de los dos mil, sé que tuvo una crisis emocional que la llevó a un punto de quiebre entre el 2008 y el 2009. Esa crisis la convirtió legalmente en una menor de edad bajo la sombra y tutoría de su padre, del que terminó revelándose y venciéndolo en juicio. Hace unos tres o cuatro días esa tutoría e acabó. El hashtag #FreeBritney triunfó. ¿Podemos vincular cada uno de los aspectos de su viaje al monomito de Campbell? En el episodio 2 de la doceava temporada de South Park, vemos a Britney Spears como una especie de sacrificio congénito, un ser adorado como estrella pop que la sociedad en conjunto lleva al límite con el único fin de alimentar las cosechas. Esto ocurrió en el 2008; ya era evidente el principio de su crisis mental y en ella su padre no era aún el principal antagonista, si lo era en cambio la conspiración homicida de toda la sociedad en su contra.  Lo más interesante de todo el show contra el padre de Spears es que ha olvidado esta conspiración y premeditadamente ha convertido este último relato en la causa de todas las desgracias de Spears. La destrucción de los ídolos se parece demasiado a la muerte ritual del héroe. “Mata a tus ídolos” decía el refrán punk. El estudioso de los mitos podría contestar que la broma de South Park es oscuramente cierta (tan cierta que causó escozor y malestar en EEUU)  pues los ídolos existen precisamente para ser sacrificados. 

Hace algunos meses un YouTube local la proponía, explicando un meme, como modelo del comunismo dentro del capitalismo. En mi opinión esa es otra manera de ponerla en el pedestal moral de una generación sedienta de mitos pero incapaz de cualquier acto genuino de fe. ¿Cuál es la mejor forma de santidad  laica? El suicidio. Por ello Kurt Cobain fue el héroe de mi generación. ¿Y Spears? No lo sé. Superados los veintisiete años y libre  del control familiar, estará en manos de sus productores, de sus abogados, del villano más grande de todos; las productoras. O puede también que el único y verdadero villano siga siendo su padre y siempre haya sido él el responsable de todo su sufrimiento, en cuyo caso su viaje del héroe terminó y debería volver a casa.

 

Posdata: Así como los arquetipos de Jung me parecen aburridísimos, creo que el monomito y su uniformidad también deberían desaparecer, después de todo como estructura los considero la instrumentalización moral de una sociedad hacia sus individuos. Todas las leyendas nos hablan de héroes porque necesitamos el sacrificio de la individualidad para que el colectivo pueda sobrevivir. El héroe es el ser que se niega a sí mismo y se encomienda a una misión que redime a la comunidad y lo hace desinteresadamente. Hay casi un llamado biológico para que nuestras narrativas castiguen al egoísmo, la individualidad por definición debe ser antiheróica. En mi infancia la película que más me conmovió fue una donde el héroe desecha la salvación de la humanidad y permite el apocalipsis.  

 

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