Poema - El amor y la vergüenza.



Las novelas y las efemérides
van acumulándose sobre la almohada;todas sus páginas
son como la arena del tiempo.
y aún así son un trozo minúsculo de mí mismo.
Y aunque el panóptico sea una cárcel
apenas y me importa.
Soy un campesino sin libertad.
Nunca he abandonado mi aldea.
El sol sobre mi cara siempre ha sido el mismo.
y aún así yo, que todo lo desconozco, suelo
sentirme extrañamente a gusto
con mi reflejo sobre el agua.
Ya que la infinidad es imposible, 
¿por qué no agobiarse con la plenitud?
O como dice el eclesiastés:
" ¿Qué sucedió antes? Lo mismo que sucederá después. 
¿Qué se hizo antes? Lo mismo que se hará después. 
No hay nada nuevo bajo el sol. "
Allá, en el mundo indomable, no hay lugar para mi.
Siempre seré un bárbaro y un profano 
Un extranjero en la ciudad sagrada
que desde su choza de bambú 
No se intimida frente a la torre de Babel.

Y aun así yo, que todo lo sufro, suelo
sentirme parte de las fibras del mundo.
Expulsado de la felicidad, nunca he logrado
ser indiferente a su veneno.
Todo me pertenece:
La belleza y el dolor
 el amor y la vergüenza
 el dolor y el éxtasis.
Soy una mancha de sangre
infinitamente repartida por la reincidente historia
 pues todas las muertes son la misma muerte
y todos los amores son el mismo amor.
En mí están todos los libros.
y en todos los libros hay rastros de mis heridas.
Por eso,
Siempre le ruego al tedio que
 me libre de la aterradora redundancia.

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