El jardín de las delicias - poema.

 


Sé que no te merezco
y tu silencio florece púrpura
en los botones de mi camisa.
Pensemos, si así lo quieres, en los laberintos
de nuestro lenguaje. En nuestros deseos muertos
que aún yacen debajo de tus heridas. Pensemos
en nuestra sensación de permanente derrota.
Siempre hemos perdido
todas nuestras guerras,
todos nuestros amores.
Y cada herida autoinflingida
pudo derrumbarnos
pero no lo hizo.
En esto, querida mía, somos iguales.
Nuestros demonios revolotean inconformes
bajo el mismo cielo nocturno.
¿Me quieres?
Tú a veces me recuerdas a mi abismo
a aquel vacío acuoso a donde vamos a ir
tras la última palabra.
Tú a veces me recuerdas al espacio en blanco
antes de la memoria. Antes de concebir siquiera
el más minúsculo deseo.
Todos tus sueños son como los míos,
Solo empezamos en horizontes diferentes
de un mismo campo de batalla.
Todos tus colores son como los míos
Te regalaría mi melancolía pero ya la conoces.
has dormido en ella como si fuese tuya.
Y en tus ojos están también todas mis estrellas y todos mis silencios.
que se amontonaron para retenerte,
pero terminaron subyugados. 
 
O.M.C 
1/12/22

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