¡Que empalagosa es la palabra soledad! (poema)

 
 

 
¡Que empalagosa es la palabra soledad!
y sin embargo aquí estamos
aferrados a su placidez,
con resignación, como se aprende
a caminar en las tinieblas,
con los labios ebrios de la enfermedad
de la derrota,
y aunque parezca el final, pues
asesinamos felizmente
al último de los profetas,
no hay todavía una lápida para mí,
y puede que aún no la merezca.
¡Que empalagosa es la desesperación!
pues no tenemos motivos reales
para sentirnos intranquilos,
y sin embargo aquí estamos, con las manos
atrofiadas y los pies magullados,
y ya no sé qué hacer con el tiempo ni con la pesadez de mi cadáver,
y no sabemos si la tierra o el fuego
serán castigo suficiente
para redimir nuestros errores, pero
en realidad,
nada sabemos ya
Salvo que el mundo es más grande
más inclemente y cruel
de lo que algún día seremos nosotros.
 
09/11/23

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