Alegoría del deseo.


 A Delia Verónica.
 
Después la sidhe, que es aquella vampiro que le da
Inspiración a los artistas mientras los consume,
Pasamos al higuerote, que es un árbol parásito,
Árbol que luego de un abrazo agónico
 devorará a su huésped-amante,
dejando adentro de sí mismo su silueta,
 como un monumento póstumo construido con vacío.
Piensa en una alegoría—me pediste
 En algo que hable de nuestro deseo
En el vacío que dejará la consumación
Y en la nostalgia de ese cascarón inerte.
¡Si esto no es amor, lo parece tanto!
Hay un hambre que solo se calma con la muerte.
Y eso lo hemos sabido gracias al dolor
En nuestra oscura intuición de adolescentes suicidas.
 
He soñado hace poco con una minúscula
habitación junto al hospital.
Tengo dieciocho años, tú dieciséis.
Hemos perdido los teléfonos.
Hace una semana nadie sabe de nosotros
Estamos desnudos en la oscuridad y
 solo salimos para comer.
Hacemos el amor todos los días
Y todas las noches. A veces,
Nos detenemos para leer algo nuevo.
A veces escribimos juntos.
El tiempo desapareció.
Somos irresponsablemente inmortales.
Cada uno de nosotros cree a lo mejor
Que devora al otro
Que sobrevivirá a ese encuentro
Guardando del otro su silueta para siempre
Pero nos equivocamos
No somos como el higuerote
Fuimos algo mas parecido a un incendio
A un cataclismo de fuego y sangre
Después, de ambos
 solo quedaron escombros,
un cascarón de lo que éramos entonces,
construido con lágrimas,
carbones y cenizas.

Comentarios