Carta para Andrea.

 

    Sé que a lo mejor este mensaje será incómodo y atrevido pero durante los últimos días no he podido dejar de pensar en tu duelo. No somos lo suficientemente cercanos como para que estas palabras se conviertan en una conversación. Por eso, y dada mi espantosa timidez, a lo mejor solo esperaré a que encuentres esta entrada. La particularidad de los duelos hace que las conclusiones y alivios que logremos de ellos puedan ser incomunicables. Aún así creo que puedo decirte un par de cosas que podrían serte útiles.

    Es deshonesto de parte de cualquiera decirte que sé lo que estás sintiendo. Sin embargo, también es cierto que todos tendremos que pasar por esa misma sensación de distorsión absoluta donde pareciera que el mundo está construido por un castillo de mentiras y solo falta un pequeño empujón para ahogarse en la oscuridad. Perder lo que amamos duele y a lo mejor es el único dolor que importa.  Esa “distorsión” es nuestro cerebro resistiéndose con todas sus fuerzas a una forma del mundo que le resulta intolerable, sentimos en ese instante que vamos a enloquecer pero no de una manera romántica sino despiadada. Tal vez a lo mejor eres más fuerte que yo y triunfas ya sobre ese indomable dolor, pero también es posible que te ahogues durante semanas, meses o años, no lo sé. Creo que los escritores somos particularmente susceptibles de arrastrar el dolor con una familiaridad peligrosa. Y a veces nos creemos más fuertes de lo que en realidad somos. Y para la naturaleza humana, para una forma específica de naturaleza que sé que compartimos, el dolor y la memoria no son opcionales.

    El dolor y la memoria son, de hecho, las dos formas de ver la verdad más despiadada a la cara. Sin filtros, sin metáforas. Eso parece descorazonador. ¿Por qué, siendo tan pequeños y tan frágiles, buscamos la inmovilidad del mundo? Todos los consuelos aquí son aceptables. Todos. Hagamos lo que hagamos con el dolor, solo intentamos no naufragar. Nos resistimos a la distorsión, la maquillamos. Hoy en día podríamos arrastrar esa anestesia horas y horas frente a los reels de las redes sociales y sentir por un momento que el tiempo está en pausa y que somos otra vez inocentes. O a lo mejor nos obsesionamos con el ruido exterior, con la necesidad exterior, con el deseo exterior ya que el placer nos ha abandonado. El mundo amenaza con devorarlo todo, ¿qué hacer?

    Es soberanamente arrogante creer que tengo algo valioso que decirte. Pero como te he dicho antes, creo que todos visitaremos en algún instante ese lugar. Todos reaccionamos diferente y acudimos a diferentes consuelos, pero el punto de partida es el mismo. Y a lo mejor uso tu duelo para pensar en mi propio duelo y en todos los duelos que existen, que se juntan y nos apuñalan. Creo que el amor y la memoria son el camino que elegimos y que así como pueden ser aplastantes también pueden salvarnos del vacío. La memoria y el amor no son una maldición sino un motivo de agradecimiento. ¿A quién? A quien tú quieras. Sé que esta idea te resultará incómoda y que no parece un consuelo real pero en el fondo lo es. Todas las personas que amamos son milagros irrepetibles. Su luz aparece y se va con muchísima rapidez, como el de las estrellas fugaces. Cada detalle en ellos—su forma de vestir, su lunar junto a sus labios o entre sus dedos, el olor de su cabello o su sonrisa específica frente a los chistes crueles, su feo gusto por los pantalones, la canción o la serie que amaban—todo en ellos, al mismo tiempo, está en otros y a la vez es irrepetible.

    Sé que te parecerá una tontería. Creo que somos el tiempo que compartimos con otros. Somos la memoria que tenemos para guardarlos en lo más profundo de nosotros, somos cada detalle que implicó eones y eones y millones de años para ser posible. Todo lo que amamos es un milagro, y el amor por esos milagros secretos puede ser infinito dentro de nosotros así como inagotable el dolor por perderlos y ver desaparecer esa pequeña oportunidad que se dio el universo para la plenitud. Pero al mismo tiempo estuvimos ahí. Fuimos testigos de su fugacidad. podemos escribir sobre esa belleza y compartirla con otros. Por eso la gente te dice que podemos sufrir o agradecer, pues aquí hay un detalle de perspectiva; la pérdida (el testimonio) es al mismo dolor y agradecimiento. 

    Vengo de una familia muy melancólica. Mi padre murió hace 33 años y todavía celebran y se entristecen en su cumpleaños. En el caso contrario, la familia de una gran amiga mía que se suicidó a mediados del 2008 festejaba el cumpleaños de un sobrino en la víspera del aniversario de la muerte de mi amiga. Su felicidad me molestó, pero también es cierto que ellos hicieron todo lo que estuvo en sus manos por ayudarla a aferrarse a la vida. Hace poco conocí a una persona que asumió el duelo como una prueba de Dios o del destino, pues así como hoy nos quita algo en un futuro próximo nos multiplicará eso que nos ha quitado —esa perspectiva me parece despiadada—a mí lo único que se me ocurre es en pensar que básicamente el duelo es el fundamento espiritual de todas las culturas, los sepelios, los funerales indígenas, las torres del silencio, las tumbas y las criptas, las pirámides y las estatuas de San Agustín, la religión se organiza detrás de la promesa  por darle alivio al corazón de los que sobreviven. Todos esos rituales son la forma en la que enfrentamos la pérdida y rara vez están hechos para quien muere; en realidad nos ayudan a aliviarnos y darle un lugar a nuestros recuerdos más preciados. Por eso vive tus rituales y no dejes que nada los perturbe. El otro mundo es el lugar sagrado donde ponemos a los seres que amamos, porque solo una cosa es segura sobre la otra vida y es que nuestro amor no se sacia con la muerte.

    Posdata: Te leo mejor desde hace unos días, asi que a lo mejor estas palabras son innecesarias. Ojalá sea así. Dos duelos juntos suelen sobrecoger. en algún momento pensé en compartirte esta canción, que me ayudó a aliviar algo del dolor de mi último rompimiento. Se llama ITIIITIATIIHYLIHYL, de Blackshape. Su letra es muy sencilla.

If this is it
If this is all there is
I hope you live
I hope you live

If there's no end
And we are infinite
Still, I hope you live
I hope you live

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